Luego de un año marcado por la pandemia y las restricciones de movilidad derivadas de la misma, La Región marcó un promedio anual en la tasa de desocupación de 9,5%, aumentando 2,5 puntos porcentuales respecto a 2019. De acuerdo al estudio, el aumento de la desocupación se explica por la baja de los ocupados (-18,9%), en mayor proporción a la caída de la fuerza de trabajo (-16,6%).
En este contexto el Seremi del Trabajo, Patricio Sáenz, dijo que “como es bien sabido, las medidas implementadas para detener el avance del COVID-19, impactaron fuertemente en el empleo, lo que derivó en que se perdieran 82 mil 665 puestos de trabajo, afectando principalmente en nuestra región a sectores como el comercio, la agricultura, la enseñanza y la construcción, aunque esta última ha venido mostrando un repunte en las últimas mediciones. Si consideramos que en el peor momento de la pandemia, entre los meses de mayo y julio, se registró un índice de 13,0% de desempleo, este promedio anual nos muestra, que a partir de ese punto de inflexión, se inició un lento retrocesos en la tasa de desocupación, lo que se confirmó en la última medición del trimestre diciembre 2020-febrero 2021, que marcó un 7,9% ubicando a La Araucanía en el séptimo lugar a nivel nacional”.
Sáenz, explicó que las esta tendencia de recuperación de puestos de trabajo “se debe en gran parte a que rubros como la construcción y la agricultura han implementado mesas de trabajo de carácter público-privadas, a partir de las que se han definido protocolos preventivos bajo los cuáles han podido retomar sus labores poco a poco, pero bajo una estricta supervisión de las medidas destinadas a proteger la salud de los trabajadores definidas por la autoridad sanitaria. Asimismo, las políticas implementadas desde el Gobierno, como el subsidio al empleo en las líneas contrata y regresa, han permitido a muchas empresas contar con las herramientas de apoyo necesarias para generar y recuperar más de 12 mil puestos de trabajo”.
METODOLOGÍA Y CIFRAS RELEVANTES
Javier Pérez, Director Regional del INE explicó que “para el cálculo de las tasas de desocupación, ocupación y participación se utilizan los promedios simples de los trimestres anuales. Es así como se observa un tasa de desocupación de 9,5%, cifra que aumenta 2,5 puntos porcentuales respecto al año 2019. Para el año 2020 se observa una caída en la cantidad de personas ocupadas, así como también en la fuerza de trabajo, la desocupación anual afectó tanto a mujeres como a hombres. Dadas las proyecciones de mejoras sanitarias, deberíamos esperar que el año 2021 aumente tanto las personas ocupadas como la fuerza de trabajo en relación al año 2020.”
Entre los indicadores más destacados del informe se puede mencionar que según sexo, la tasa de desocupación anual en mujeres (10,9%) aumentó 2,4 pp., respecto a 2019, resultado de la baja en ocupadas (-20,1%), mayor al decrecimiento de la fuerza de trabajo (-18,0%), al tiempo que las desocupadas aumentaron en 5,3% en igual período. A su vez, la tasa de desocupación en hombres (8,6%), varió 2,6 pp., respecto a 2019, como consecuencia del decrecimiento de los ocupados (-18,0%) en mayor medida a la caída de la fuerza de trabajo (-15,6%), generando una expansión de los desocupados (21,7%) en términos anuales.
Según categoría ocupacional, la disminución de ocupados en 2020 fue incidida principalmente por asalariados formales, cuya variación interanual fue -14,1% (-33.207 personas). Le sigue en incidencia, la categoría de trabajadores por cuenta propia, que consignó una baja de 22,4% (-6.427 personas). En el mismo sentido, los asalariados informales registraron una variación de -23,1% (-10.941 personas) en un año.
Según actividad económica, en 2020 comparado con igual período del año anterior, se observó que agricultura y pesca tuvo una variación de -26,1% (-20.428 personas), comercio, muestra una variación de -23,7% (-18.227 personas) y enseñanza que varió -29,8% (-15.307 personas) en igual período.
Finalmente, el Seremi señaló que “sabemos lo difícil que ha sido este periodo en términos económicos, en especial y más allá de las personas como sujetos, para los emprendedores y la pequeña y mediana empresa, que han visto mermados sus ingresos, empujándolos muchas veces a cerrar sus negocios. Es por eso que debemos trabajar en conjunto, tanto el estamento público como el privado, en adoptar todas las precauciones necesarias y a no relajar las medidas, porque la única forma de superar esta emergencia y evitar mayores daños a las familias y a las fuentes laborales, es entender que asumir que este desafío es una tarea que atañe a todos y todas, y que no es solamente un actor el que debe tender a combatir la pandemia, sino que es una responsabilidad transversal”.