El Gobierno del Presidente Gabriel Boric ha fijado como ruta, el impulso de transformaciones profundas en la sociedad chilena del siglo XXI. La Ley de Reducción de la Jornada Laboral a 40 horas, es el primer hito logrado en esa senda con la promulgación de esta norma en abril pasado, luego de un largo debate tripartito.
Ese primer paso ahora irá acompañado de un nuevo desafío, por el trabajo decente con el que estamos comprometidos: el Proyecto de Ley de Conciliación de la Vida Laboral, Familiar y Personal.
El 17 de julio pasado esta iniciativa fue ingresada por el Gobierno al Senado para su discusión. Esperamos entonces que la propuesta concite un apoyo transversal, dado que su objetivo final es tener trabajadores y trabajadoras más felices y plenos en sus vidas cotidianas, es decir, personas menos expuestas a riesgos como la sobrecarga o el estrés laboral.
Este proyecto es una iniciativa con perspectiva de género, porque plantea de manera inédita un reconocimiento a las tareas de cuidado que -mayoritariamente cumplen las mujeres-, abriendo la posibilidad para que puedan requerir el sistema de teletrabajo con jornadas híbridas y facilitar así la inserción laboral femenina.
La pandemia por Covid-19 nos dejó un gran aprendizaje sobre la presencialidad en los espacios laborales. En esa difícil coyuntura, el teletrabajo surgió como un mecanismo exitoso para que muchas organizaciones cumplieran sus funciones. Ese aprendizaje es el que la propuesta legal reconoce y desea potenciar.
Sin duda, esta es una oportunidad más para que Chile avance en la humanización del trabajo, a través de un diálogo político y social. La invitación es a construir acuerdos para su aprobación, ya que detrás de esta normativa se busca contar con trabajadores más productivos, más felices y con una mejor salud mental.