Atacama es una región particularmente rica en recursos naturales y ,en virtud de ello, las actividades vinculadas a su explotación gozan de un gran impacto para nuestra gente, tanto por la envergadura de las producciones como por la creación de puestos de trabajo asociada a aquéllas.
Es por tal razón que existen diferentes entidades empresariales que agrupan a una gran cantidad de personas que son titulares de derechos laborales y que, en ciertas ocasiones, desconocen el contenido de los mismos, sin advertir que su posición frente a una problemática puede ser trascendental a la hora de encontrar una solución efectiva que la resuelva satisfactoriamente para el conjunto de los involucrados.
Así, en respuesta a dicha problemática, el gobierno del Presidente Sebastián Piñera, ha dispuesto la implementación de acciones dirigidas a contribuir permanentemente en la formación de los dirigentes y dirigentas sindicales, de tal manera que se vaya consolidando una cultura de diálogo que permita, en definitiva, el desarrollo constante de las relaciones laborales de todos y cada uno de los chilenos y chilenas.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) establece que “el diálogo social comprende todo tipo de negociaciones y consultas, e incluso el mero intercambio de información, entre representantes de los gobiernos, los empleadores y los trabajadores sobre temas de interés común relativos a las políticas económicas y sociales”.
De ello se desprende una meta superior, cual es lograr acuerdos fecundos en aquellas materias sensibles y diarias que afectan a todos los trabajadores y trabajadoras del país.
En efecto, con el ánimo de alcanzar dicha meta, el gobierno ha hecho un llamado para la ejecución de una Escuela de Formación Sindical en la Región de Atacama, cuya finalidad es dotar de mayores competencias técnicas a los actuales dirigentes y dirigentas y fomentar la generación de nuevos liderazgos, siempre en el marco de un sistema educativo respetuoso de la autonomía sindical y de la pluralidad.
Tenemos la convicción de que potenciar las organizaciones sindicales y el diálogo social, es la alternativa más idónea para el desarrollo de relaciones laborales equilibradas, modernas y justas.