Para nadie es un misterio que el accidente sufrido por los 33 mineros en la mina San José, el día 5 de agosto de 2010, ha marcado un hito no sólo en nuestra Región, sino que ha sido un hecho que ha obtenido el máximo interés de todo Chile y la comunidad internacional.
No obstante ello, el sólo mérito de lo acaecido ha demandado realizar los mejores y mayores esfuerzos del Gobierno, tendientes a desarrollar toda aquella gestión dirigida a obtener la efectiva prevención de los accidentes del trabajo y aminorar los riesgos asociados al ejercicio de una actividad económica, sin distinción del sector productivo.
Así, situaciones como las actuales representan una verdadera oportunidad de construir un mercado laboral que respete integralmente los derechos de los trabajadores y, particularmente, tenga el máximo aprecio por la vida, la salud y la seguridad de todos aquellos que al entregar todo de si mismos, constituyen el motor del desarrollo económico de nuestro país.
Es por tal razón, que el Presidente Sebastián Piñera ha dispuesto que se constituya una Comisión de Seguridad Laboral, integrada por profesionales expertos, que se encargue de recoger las ideas, inquietudes y propuestas que puedan entregar tanto los trabajadores, las empresas y la ciudadanía en general, en todo cuanto diga relación con la seguridad laboral, para que sean plasmadas en un informe que deberá entregarse al primer mandatario en un plazo de 90 días.
De esta manera, cobra especial importancia el llamado que efectuó la Ministra del Trabajo, Camila Merino, quien invitó a participar a todos los actores que tengan la convicción de que realizarán un aporte a esta gran tarea encomendada, dejando de manifiesto una vez más cuál es el espíritu de esta nueva administración; consciente de que el diálogo, la participación ciudadana, y la integración de los actores sociales relevantes en ciertas materias, ha de entregarnos las respuestas a un sin número de inquietudes que, por falta de comunicación e instancias que la promuevan, muchas veces han encontrado dificultades que pudieron eliminarse sin mayores contratiempos.
Si mantuviésemos el constante ánimo de construir unidos un Chile en el que prime, por sobre todas las cosas, el respeto, la tolerancia y las ganas de hacer las cosas bien en beneficio de todos y cada uno, no dejaremos de pensar que el milagro conocido por el mundo entero el día domingo 22 de agosto, constituye una nueva oportunidad para Chile.