Este 12 de junio se conmemorará el día mundial contra el trabajo infantil, una realidad que está latente en nuestro país y región. Se trata de una problemática que surge principalmente en los sectores más vulnerables y que se encuentra vigente en las esquinas, en los trabajos de temporada, durante algunos festivos y en diversas circunstancias donde las condiciones son “provechosas” para conseguir beneficios monetarios. Así, los menores pueden obtener dinero para ayudar a sus familias o simplemente para solventar gastos propios, que no necesariamente son de primera necesidad y que pueden representar un riesgo para su integridad física y sicológica.
Es necesario que la gente conozca que actualmente la ley permite que los menores entre 15 y 18 años trabajen, siempre y cuando cuenten con el permiso escrito de sus padres. Señalar también que la jornada laboral no deberá exceder las 8 horas, ni realizarse en horario nocturno (después de las 22:00 horas) Sólo deberán desempeñar trabajos ligeros, que no afecten su salud y desarrollo. Es importante estar al tanto de esto, pues además de lo que ocurre en la calle ha vista y paciencia de todos, también están aquéllos donde la ley si lo permite, donde menores son contratados y en algunas oportunidades se vulneran sus derechos.
El empleador que sea sorprendido infringiendo la ley, por ejemplo cuando se trabajan más de ocho horas o en horario nocturno, recibirá una multa de 20 UTM, tratándose de empresas que tengan menos de 50 trabajadores; 40 UTM si es que tiene más de 50 y menos de 200 y de 60 UTM en el caso de haber más de 200. En cuanto a no contar con la autorización de los padres, las multas varían entre 7, 27 y 40 UTM, según el número de trabajadores antes indicado.
Se trata de problemáticas, que sin duda, requieren de ayuda diferente, en primer lugar a través de un trabajo en conjunto para generar políticas de sensibilización e ir en ayuda directa a las familias y los niños afectados; y por otro hacer valer la ley cuando se trata de menores que si cumplen con la edad para laborar, pero donde sus derechos son, lamentablemente, vulnerados.