En una obra en Lo Barnechea, y junto a la Seremi de Salud, Rosa Oyarce, la Seremi Metropolitana del Trabajo y Previsión Social, Ivonne Mangelsdorff, realizó el lanzamiento de la Campaña Prevención del Riesgo de Exposición a Sílice y Ruido Ocupacional en el Sector de la Construcción 2012.
Mangelsdorff explicó que a través de esta iniciativa se busca sensibilizar a las empresas, contratistas, subcontratistas, administradores de la Ley N° 16.744 (Accidentes y Enfermedades Laborales) y trabajadores de la construcción de la Región Metropolitana, en prevenir las patologías profesionales como silicosis e hipoacusia para la protección de la salud en el sector de la construcción. El eslogan de la campaña es Maestro en la pega, master en la prevención.
Estudios realizados por el Instituto de Salud Pública (ISP), permiten establecer la magnitud del riesgo de exposición a sílice y ruido laboral en la construcción, el que indica que las mayores concentraciones de exposición a sílice radican en las actividades relacionadas con corte y perforación de concreto.
Según datos de la OMS, en varios países del mundo la Silicosis es un problema vigente y, en muchos de ellos, se desconoce su verdadera prevalencia. Por lo señalado y considerando que esta patología es prevenible, la OMS y la OIT, el año 1995, establecieron el Programa Global de Erradicación de la Silicosis en el mundo al año 2030, en el cuál Chile no está ajeno. En este contexto, los Ministerios de Salud y del Trabajo del Gobierno de Chile, elaboraron el Plan Nacional para la Erradicación de la Silicosis.
Los niveles de ruido laboral evaluados en distintos puestos de trabajo, en un 94 % supera la normativa vigente. En tanto, el rubro de la construcción es el que presenta los mayores riesgos a la exposición prolongada de niveles de ruido sobre los 85 decibeles (dB), límite aceptado internacionalmente.
Se estima que en Chile, tres de cada diez trabajadores, actualmente, están expuestos a niveles de ruido que causan daños irreparables. El ruido en la Región Metropolitana, sobrepasa largamente el límite máximo establecido por la OMS de 85 dB durante ocho horas seguidas, lo que implica que el 80% de la población está expuesta a algún riesgo de hipoacusia.
La exposición prolongada a ruido puede producir en forma adicional, efectos sobre otros sistemas como el nervioso central, equilibrio, etc., además de efectos no auditivos, tales como dificultad en la comunicación, alteraciones del sueño, disminución de la capacidad de concentración, entre otros.