Diez jóvenes que cumplen sanción bajo la ley de Responsabilidad Penal Adolescente, en el medio libre y la modalidad semicerrado, fueron certificados en un curso de soldadura de estructuras metálicas gracias al convenio pactado entre el Servicio Nacional del Capacitación y Empleo, Sence, y el Servicio Nacional de Menores, Sename.
La inversión de ocho millones 360 mil pesos, corresponde a Programa de Transferencia al Sector Público (TSP) del Sence, el cual busca mejorar la empleabilidad de la población vulnerable y las condiciones laborales a través de capacitaciones de oficio.
El curso fue impartido por el organismo técnico de capacitación Cattain, quienes en treinta días efectivos de clases, teóricas y prácticas, enseñaron a los jóvenes las herramientas que les permitieron obtener las competencias para desarrollar y aplicar técnicas de arco voltaico, montaje y reparaciones de estructuras metálicas.
El seremi del Trabajo y Previsión Social de Tarapacá, Jaime Hip Hidalgo, quien asistió a la certificación en el Salón Tarapacá, valoró el trabajo mancomunado entre las reparticiones públicas, destacando que esta certificación viene a mejorar la calidad de vida de las personas.
“Cuando un joven enmienda el error que ha cometido nos llena de orgullo y vemos que tiene mucho sentido, porque eso nos diferencia como Gobierno. Mientras otros piden más cárceles, nosotros decimos más oportunidades, mientras los otros dicen más penas, nosotros decimos más educación”, dijo Hip.
Por su parte el director del Sence, Claudio Espinosa, felicitó a los jóvenes que “han escogido un camino de reinserción, donde han aprendido un oficio donde la herramienta es la capacitación, la cual les brindará una oportunidad de reinsertase como nuevos ciudadanos en pos de conseguir un trabajo y mejorar la empleabilidad”.
Implementos
En la ceremonia, cada uno de los jóvenes beneficiados recibieron una máquina soldadora e implementos de seguridad para desempeñarse, inmediatamente, en el mercado laboral.
Para el coordinador intersectorial del Sename, Kurt Hener, “este oficio es una nueva herramienta de vida, pero sin dudas, es un paso inicial hacia un camino y a una vida mejor. Hoy estos jóvenes se están reinsertando y responsabilizando de sus actos, y es momento de que puedan salir a la calle con la frente en alto”.