Presentan último estudio cualitativo sobre trabajo infantil en el sector comercio

Seremi del Trabajo y Previsión Social reforzó el compromiso del Comité Regional en la materia, considerando que en las regiones de Valparaíso, Antofagasta y Metropolitana, el comercio representa un 45% de las actividades laborales totales realizadas por niños y adolescentes.

En el marco de la conmemoración del Día Internacional Contra el Trabajo Infantil, y tras cumplirse un año del lanzamiento de la Estrategia Nacional para la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil y Protección del Adolescente Trabajador, fueron presentados en Valparaíso los resultados del último estudio cualitativo que aborda la realidad de niños, niñas y adolescentes que realizan actividades laborales, específicamente en el sector comercio, una de las áreas productivas con mayor incidencia en esta problemática.

Tras una investigación en terreno durante los meses de diciembre de 2015 y marzo de 2016, y efectuada en las regiones de Antofagasta, Valparaíso y Metropolitana por la Subsecretaría del Trabajo, a través del Observatorio Contra el Trabajo Infantil, se determinó que la situación de vulnerabilidad de niños, jóvenes y adolescentes en estas regiones continúa siendo un factor preocupante, sobre todo en el comercio, ya que un 45% del total de niños y adolescentes que trabajan en el país, lo hacen en actividades vinculadas a esta área productiva, seguido de un 22% que se desempeña en el sector agrícola.

Al respecto, la Seremi del Trabajo y Previsión Social, Karen Medina, indicó que los resultados de este estudio confirman la necesidad de continuar reforzando la labor de prevención para avanzar hacia la erradicación definitiva del trabajo infantil en Chile, y junto con ello, proteger a los adolescentes de entre 15 y 17 años que efectúan este tipo de labores, para que lo hagan en condiciones dignas, sin que ello afecte su integridad física o vulnere sus derechos.

“El Trabajo infantil, ante todo, es una vulneración de derechos, porque en el 90% de los casos estamos ante situaciones de trabajo peligroso que vulnera física, sicológica o moralmente a los niños y también impide que su etapa escolar sea la óptima. Por eso decimos No al trabajo infantil en menores de 14 años, para que se cumpla la ley de instrucción primaria obligatoria, y decimos Sí al trabajo adolecente, pero en condiciones donde el trabajo de calidad o decente lo garanticemos, donde la formalidad, las condicione de higiene y seguridad, y el respeto por los derechos fundamentales de ese adolescente se garantice ante todo, sin que haya deserción de la actividad escolar secundaria”, señaló la autoridad laboral.

Alejandra González, encargada del Observatorio Contra el Trabajo Infantil del Ministerio del Trabajo y Previsión Social, indicó detalles de esta investigación. “Es un estudio cualitativo, por ende, buscaba identificar desde los relatos de los niños, niñas y jóvenes, cuál era la percepción que ellos tenían del trabajo infantil. No lo conceptualizan como legalmente debería ser, para ellos está muy asociado a temas de recreación, esparcimiento y de utilización del tiempo libre. La incorporación al mundo laboral lo ven más bien como algo positivo, lo que para nosotros como ministerio nos pone un desafío tremendamente grande, porque nos llama a ver qué condiciones se están dando para que estos niños vean como una forma de autonomía la inserción al mundo laboral”, explicó.

En tanto, Alejandra Nielsen, Coordinadora Regional del Consejo Nacional de la Infancia y Adolescencia, comentó que también existen otros factores que inciden en la existencia de trabajo infantil. “Yo diría que principalmente tiene que ver con la pobreza. Un indicador fundamental son los datos de la CASEN 2013, que nos dicen que mientras menos edad tenían los niños, eran más pobres. Entonces ahí hay un factor que muchas veces gatilla en estos niños y niñas su inserción al trabajo, y antes de los 14 años constituye una vulneración de derechos grave, pero está validado por las familias y muchas veces socialmente también lo está. El embarazo adolescente es un factor que también hace que los chiquillos busquen una fuente laboral cuando asumen su paternidad o maternidad”, afirmó Nielsen.